Buscar este blog

jueves, 10 de diciembre de 2009

no me vaigan a mover a ese muerto.

Se encontraba moribundo cuando apareció sobre uno de mis hombros.
Piel helada, mirada ausente, cabello escurrido y las mil pecas estaban por desaparecer.
Slobodan porqué quieres seguir en mis pesadillas y morirte; muérete sólo como siempre quisiste estar, no vengas a joderme con una historia que pique mi corazón de flan.
Lárgate a morir a la capital del mundo, no pienso cargar contigo.
Caminé por una calle muy larga, toqué varias puertas y el moribundo seguía en mi hombro. Quiero que se muera ya porque me siento cansada de cargarlo, necesito ver que su cuerpo se diluye y se va a la coladera, necesito saber que va a parar en las aguas más negras, porque alguien así no puede servir para agua de riego ni le servirán los tratamientos para ser reciclado, es agua estancada, fétida que no sirve pa nada.
Caminé un poco más hasta que decidí tirarlo en la calle, no es que yo no tenga compasión por alguien en su estado, es que simplemente pesa demasiado y no puedo caminar, cada vez pesa mas.



Lo tiré.


Me siento en la banqueta a muchas metros de él, todavía puedo verlo; está tieso.


Me siento en mi culpa, pienso y me levanta la alegría.

Que nadie mueva al muerto, déjenlo que se pudra con su pasado sin límites, no merece ni piedras ni flores, merece que los perros se lo traguen.

No llegaron los perros, pero las ratas sí.

Mientras miro los pedazos de carne estirados por los dientes de las ratas hago una oración por él:

Dios gracias por llevártelo, tanta ligereza es un mal ejemplo para los demás.

En el nombre llevó la penitencia.

2 comentarios:

Shadow V dijo...

Que post tan extraño...
bueno, que todo te vaya bien. Saludos!
Y recuerda no enfocarte en lo negativo.

Orizschna dijo...

Te mando un abrazo. Creo entender.

.