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Le figaro de ma Tête.

Cuerva York. Marzo 2008.

Hace unos días una ola de protestas se han llevado acabo en Cuerva York. Los copos pelusos producidos por los árboles que crecen en esta región, han dejado de viajar por el aire de éste poblado. Los señores árboles han dejado sentir su decepción debido a la indiferencia mostrada por los habitantes del ejido. Las palabras del líder son las siguientes: "la gente ya no siente la mágia producida por nuestros copos pelusos...es que debido a que la modernidad ya les ha llegando y ahora tienen tiendas de telcel, bancos, cibercafés y demás, están tirando la baba por las novedades traídas por estos establecimientos mercantiles...hace mucho que observamos a nadie bailando entre nuestros copos, ya no tienen tiempo para detenerse a maravillarse por nosotros y las pequeñas cosas significativas para el espíritu humano". Al parecer el romanticismo de antaño ha dejado de ser redituable para los pobladores de Cuerva York .
Se reporta que hace una semana anduvo una joven bailando entre pedacitos de pelusa blanca, se le detuvo el tiempo y se dedicó a sentir la mágia.

Reportando desde su mundo: Blegaria de Ixlicame.

en cuervos la vida es más sabrosa, en cuervos los quiero mucho más.

tiempo fuera.

Confusión, confusión, confusión.
parejas que se pedían tiempo y siempre me resultó una manera de mandar al diablo la relación sutil y cobarde, todo por no decir "ya no quiero estar contigo" y como dicen "te la dejo ir despacio". Cada quien por su lado, asumiendo su nueva soltería; coger con alguien más, o sólo salir, pasar más tiempo con los amigos, recobrar ciertos hábitos, pero jamás tomarse el tiempo necesario para ampliar la perspectiva y ver qué es lo que está pasando con uno mismo.
Ahora pedí tiempo fuera
Jamás en mi historial romántico me había atrevido a pedir "tiempo fuera".
Llegué a conocer , sin necesidad de hacerlo para coger con alguien más, ni hacerle al loco perdiendo el tiempo y menos anticipar una ruptura. Pedí tiempo para disfrutar el silencio (que ya estoy rompiendo) y observar mis errores. El silencio se convierte en el medio para adquirir claridad.
La hora de la ducha es algo tan lindo, además de ser un momento íntimo conmigo, mirarme sin ropa, ni maquillaje, nada externo, solo yo; es el momento en que concentro mis pendientes mentales y resuelvo mientras el agua, shampoo y acondicionador se activan en mí. Es simbólico, limpio el cuerpo, limpio la mente.
Agradezco a mi capacidad de ser introspectiva que me hace seguir con el proceso de silencio y me ayuda a ponerme clara sobre lo que quiero.
No es fácil tener una relación de pareja (que nuevas!!) cuando no se tienen antecedentes de un amor tan grande; es como empezar casi de cero, es aprender a mediar, a convivir, a ser paciente con la satisfacción de necesidades propias y las del ser amado. El enamoramiento una etapa bellísima, pero no puede faltar el negrito en el arroz, el momento en que un comentario hace que uno alce la voz, luego el otro y se convierte en una escala donde cada quien grita lo que quiere y culpa al otro*. Mi mejor táctica es parar en seco, decir "te quiero", bajar la guardia y dejar que la persona se desahogue, después retomo y planteo desde otra perspectiva.
Es tan sano tomarse el tiempo libre y trabajar en los pendientes personales.Ahora estoy clara, he podido ver mis errores. Es el momento de pedir ser disculpada por infantil, de ser sincera conmigo y con él, de abrirme "realmente a la realidad" y dejar de construir castillos en el aire, así mismo de salir de falsas suposiciones, adquirir seguridad y plantear honestamente lo que deseo, sin el temor natural a perder a mi amado. Si llegase a perderlo es simple y llanamente porque no supimos mediar o porque el amor no era tan fuerte como para hacer pequeños cambios en la dinámica de pareja.
Ahora, en lo que me encuentro firme es en la importancia de cerder y que la honestidad en primer lugar me la debo a mí, emocional y racionalmente.

Bien dice la odiosa de Shakira: "siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo..."

*nunca dudé la existencia de amor.