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lunes, 20 de agosto de 2012

lo que falta de agosto

Qué pena mi blog abandonado, siempre tengo tanto que decir y tan pocas ganas de ordenar mis pensamientos, confieso que he preferido la playa.

Cosas por hacer:

calaveritas de estambre

calaveritas de madera para mi casa

pastel de chocolate para aniversario

aprender a diagnosticar problemas en las computadoras

cuidar mi hígado

revisar mi lista de propósitos de año nuevo

escribir más porque a veces siento que me ahogan las palabras

sábado, 12 de mayo de 2012

Aracnita










Tejer colores

jueves, 10 de mayo de 2012

La escopeta imaginaria.

A veces me imagino sacando una escopeta de mi espalda (como en los dibujos animados) y pegándole un tiro al desgraciado, egocéntrico y egoísta estúpido que pasa por la ventana de la habitación en la que estudio con todo el volumen que el aparato reproductor de música de su coche puede dar.
No soporto a las personas que van con el radio a todo volumen en la calle, considero que es una agresión terrible hacia las demás personas.
El imbécil (sujeto) que es capaz de realizar este tipo de acciones no manifiesta ningún tipo de respeto por los que lo rodean, va orgulloso por la calle lanzándonos a los oídos sus gustos, su existencia. Seguramente que alguien así debe de ser una persona con la autoestima por los suelos y necesita llamar la atención a gritos, para hacerlo peor por lo general este tipo de idiotas escuchan música horrible.
Sé que sobre gustos no hay nada escrito, que puede escuchar su música, bla bla bla y solo por eso yo tengo que reprimir mis ganas de gritarle y decirle lo que pienso e invitarlo violentamente a que cambie de música o que baje el volumen.
Si usted se sube a su coche y pone el máximo volumen de su aparato, por favor piense que en alguna ventana hay una mujer que está estudiando y está pensando en sacar una escopeta y pegarle un tiro por su falta de respeto hacia el oído de los demás, pienso que habrá un bebe dormido que se despertara con su ruido infernal, piense que no es "cool" contaminar el ambiente y que en realidad no hay necesidad de escuchar su horrenda música a 100 decibeles.
No sea imbécil.

lunes, 19 de marzo de 2012

mi calle plateada

Voy por el camino verde que me lleva a casa,
voy mojada, el agua grosera me atacó en el camino de Berria.
La calle azul se baña con gotas de lluvia de marzo,
se moja mi falda de burbuja y mis zapatillas de señorita.
Pedaleo rápido en la bicicleta de mis sueños, vivo en un sueño.
Llego a la carretera de todos los días,
del pan desconocido, del mercado desconocido, del café que siempre he querido tomar y que nunca he tomado.
Paso por la carretera en la que los domingos la gente toma el sol y los vinos en las terrazas.
Las nubes rechonchas pasan veloces y dejan escapar rayos de luz muy brillante,
es el gran sol que sale para secarme.
Cerré los ojos porque tanta luz me lastimaba,
al abrirlos, la calle dejó de ser azul, después de la lluvia se volvió plateada.
Atravieso un camino de plata con la bicicleta de mis sueños,
despacito voy para gozar la luz que me baña y me seca.
La calle se volvió plateada por los millares de gotitas en las que se refleja el generoso sol.
Hoy deja de ser la calle de las cosas desconocidas y
la convierto en mi calle plateada.


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