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lunes, 19 de marzo de 2012

mi calle plateada

Voy por el camino verde que me lleva a casa,
voy mojada, el agua grosera me atacó en el camino de Berria.
La calle azul se baña con gotas de lluvia de marzo,
se moja mi falda de burbuja y mis zapatillas de señorita.
Pedaleo rápido en la bicicleta de mis sueños, vivo en un sueño.
Llego a la carretera de todos los días,
del pan desconocido, del mercado desconocido, del café que siempre he querido tomar y que nunca he tomado.
Paso por la carretera en la que los domingos la gente toma el sol y los vinos en las terrazas.
Las nubes rechonchas pasan veloces y dejan escapar rayos de luz muy brillante,
es el gran sol que sale para secarme.
Cerré los ojos porque tanta luz me lastimaba,
al abrirlos, la calle dejó de ser azul, después de la lluvia se volvió plateada.
Atravieso un camino de plata con la bicicleta de mis sueños,
despacito voy para gozar la luz que me baña y me seca.
La calle se volvió plateada por los millares de gotitas en las que se refleja el generoso sol.
Hoy deja de ser la calle de las cosas desconocidas y
la convierto en mi calle plateada.


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