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viernes, 3 de julio de 2009

un insulto que halaga

Ayer un buen imbécil me aventó en la cara, según él, un insulto que tiene que ver con que no sé qué quiero ni qué busco. Quedé tan satisfecha con mi respuesta que pienso ampliarla un poco y compartirla.

No tiene sentido diferenciar entre lo que quiero y lo que busco, porque lo que se quiere se busca.

Hace tiempo creía que la vida se podría presentar tal y como pasaba en mi mente, que si me esforzaba mucho por obtener algo lo lograría, pensaba que todo debía de tener un orden en tiempo y espacio.
Sorpresa!!!
Estudiar derecho, comprar carro nuevo, vestirme de traje sastre, trabajar en el poder judicial y tener muchos amigos al final no era lo que quería.
Estudiar Ciencias Políticas, trabajar para una tesis de doctorado, un partido político o la administración pública, tampoco fue el camino.
Nunca llegó el hombre alto, narigón, guapo, educado, buen lector, semental y loco por mi.
Nunca conté con las depresiones, el accidente de mi padre, enamorarme, atreverme a estudiar filosofía, encontrar un maestro inspirador, Kundera y el Marqués de Sade.
Pensé que sabía lo que quería y cuando me di cuenta de que esos planes no se realizaron porque no conté con los accidentes tuve una crisis, me colapsé.

La sorpresa consiste en haberme dado cuenta de que la vida es fortuita y no una serie de eventos que suceden como uno espera que sean.
Saber qué es lo que se quiere es generar expectativas sobre todos los ámbitos de la vida, planear es dibujar sobre un papel imaginario aquellas cosas que se quieren alcanzar.
Saber qué es lo que se quiere es estar sin movimiento, quedarse rígido ante el destino y eso es sólo para idiotas. Es vivir en función del tiempo.

Tuve sacos llenos de certeza que se han convertido en bichos alados de muchos colores, que vuelan a donde sea, con quien sea, cuando sea, mueren y salen más.
Ahora prefiero dejarme llevar, pensar en que ahora hago lo que me da la gana, voy a donde quiero, con quien quiero y no estoy sujeta a un gran plan de vida, porque me parece absurdo planear.
El concepto de vida es muy raro y muy absurdo por eso la gente hace este tipo de cosas, creen que la vida es un periodo de tiempo lineal que sucede obedeciendo el destino que prediseñó el absoluto y que con mucha fe y trabajo se logrará todo lo que se planeó.
Platique usted con una persona que sabe lo que quiere. El resultado por lo general habla de cosas materiales, una carrera exitosa, una pareja amorosa. Qué pasa con lo otro, qué pasa cuando las cosas no salen bien, lo único que queda es la frustración.
Es mejor no saber qué quiero, qué espero y dejarme llevar con la corriente y dejar que mis bichos alados hagan lo propio: volar libremente.

Ahora cuando alguien me vuelva a decir que no sé lo que quiero, estaré muy agradecida que de manera rara haya reconocido en mi un pedacito de libertad.

4 comentarios:

Shadow V dijo...

Si no sabes lo que quieres, nunca te desilusionas.

bexo

J. A. Méndez dijo...

Aparte de saber lo que uno quiere, es muy importante saber lo que uno no quiere.

Orizschna dijo...

Pinche Gaby....aplausos, no mames.
Eso mismo creo, la vida es demasiado bonita como para cagarla con nuestros pedos, nuestras propias dictaduras emocionales.
Me gustó mucho el post, así te quería decir eso el día que platicamos, lo dijiste tú de la manera correcta y te lo aplaudo.
Oye, por cierto, te marqué el viernes y nada...
Hay que vernos pronto!

Eleanor dijo...

Tienes toda la razón, no contamos con la patafísica jaja, lo azaroso y lo accidental son las únicas ciencias de lo absurdo que pueden valer. Te esperé en la fiesta, me hubiese gustado que fueras.

Miriam

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