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viernes, 19 de septiembre de 2008

Gabriela

desde mañana entro en mis 27 años!!!!

lunes, 8 de septiembre de 2008

kundera

Bueno no he escrito porque Kant me trae loca. Las tareas de la escuela se convierten en un laberinto y como tal, me es difícil a veces llegar a la salida. No obstante me he encargado de leer dos novelas de mi amado Milan Kundera.

La primera: La inmortalidad.
Siempre que leo a Kundera me pasa algo especial, la panza se me llena de mariposas y mis ojos se hacen fuertes, mi mente se abre y pasa lo que tiene que pasar: me quedo excitada.
Kundera tiene partes muy sensuales pero sobre eso quedan las ideas sobre sistemas políticos, libertad, amor, imposibles, idealismo, realidad y una deliciosa manera de comunicar.
Este autor checo en esta novela plantea algo muy cierto. Las novelas están contadas de principio a fin, una serie de eventos que desenvocan en un fin, cierto es que algunas juegan con el tiempo, pero siempre van a lo mismo. Kundera hace de las novelas algo mas disfrutable porque no todo tiene que ver con la historia. Leer es una delicia y él lo hace aun más interesante porque sus historias rayan en el ensayo. Sus novelas son extensas y profundas, divididas en varias partes que aparentemente no tienen relación pero al pasar las páginas uno puede hilar los eventos, los personajes y se hace una mezcla homogenia muy rica. Esa desintegración lógica hace que más lo aprecie y me sorprenda más de la mitad hacia el final.
La inmortalidad se consigue cuando el nombre de alguien queda grabado en la memoria de otro sin que lo haya conocido. Diálogos entre Goethe y Hemingway sobre la cansada inmortalidad y también sobre cómo esos difuntos se quedan atrapados en una cierta edad, que es en la que se les recuerda. Esto me hace pensar en Carlos Monsivais; un amigo decía que nació viejo, siempre ha estado igual, por eso siempre será viejo, canoso, ceja despeinada y un poco loco.
Kundera juega con la casualidad en esta novela y habla de un concepto precioso que habla por sí solo; la casualidad poética.
Está la historia de un hombre y sus amantes. El narrador describe como en la vida del amante se va liberando de las inhibiciones y sube en la escalera de la perversión. Hay una mujer a la que llamó D y es una adicta a la masturbación y a contar historias eróticas. Le excita escucharse hablar y escuchar que su amante le cuente esas historias mientras le rinde culto a Onan. Por cosas del desgraciado destino el hombre se enamora de una mujer virgen con la que tiene que retroceder en sus perversiones, a ella la ama y hace una separación entre ella y las demás, eso es obvio porque cuando nos enamoramos sacamos al sujeto de amor de toda categoría y lo ponemos en un pedestal. Él reprime sus impulsos y como piensa que el matrimonio dura toda la vida se da en pequeñas dosis la fantasía. El cochino destino le juega una mala pasada y al paso de dos años se separan; después se da cuenta de que la desea, pero eso no importa porque ya pasó. Aquí lo que capta mi atención es que ésto es tan normal. La gente deja para los momentos especiales el sexo, los recorre, a veces hasta esconde sus fantasías en nombre del amor, pero eso es algo bajo, porque en nombre del amor uno debería de coger hasta quedarse cansado y con los órganos sexuales lastimados. Es en nombre de la inseguridad y la falta de confianza que las personas dosifican el sexo.
En la inmortalidad podemos encontrar las reflexiones de una mujer un tanto fría que camina por la calle y se cuestiona porqué ahora la gente en vez de resaltar su belleza exhibe su fealdad, esto sucede cuando se encuentra a una mujer que luce unas piernas horribles en la calle y no tiene pudor al hacerlo. Esta mujer, critica los restaurantes de comida rápida, la publicidad, el amor hacia los padres, el matrimonio, la soledad, entre otras cosas. Su hermana es el otro lado de la moneda, es intensa, vive de emociones y no tiene ese ojo crítico para ver el muno; le encanta el drama y se acostaba con quien le diera la gana. Casi al final la primera muere y la segunda se queda con el viudito. Esto es como una lucha entre el cerebro y el corazón y a final de cuentas cada quien decide que tendrá más peso.
Kundera al igual que Goethe dice que las estrellas marcan nuestro destino en la hora de nuestro nacimiento, despúes de eso, el narrador hace una serie de reflexiones y llega a un tópico que me encantó: el tema. No es cualquier tema, es el tema de la vida, ese hilo conductor que desenvuelve desde que nacemos y es la parte fundamental de nuestra historia. Cierto ,como dice Kundera que cuando las personas se hartan de su vida y quieren hacer cambios radicales dicen que tendrán "una vida nueva". Esto es imposible porque siempre somos los mismos, la esencia se conserva y el tema de nuestra vida se sigue desarrollando. También cierto es, que uno se puede alejar de los vicios, conozco gente que dice que ha cambiado y hasta cierto punto le creo, pero siempre sospecho que por su cabeza siguen rondando las mismas fantasías y es difícil combatirlas. A final de cuentas si cambiaron es por algo que tiene que ver con lo maligno. Nadie cambia lo bueno, no hay razón para hacerlo. Kundera dice que los músicos lo llaman "variaciones sobre un mismo tema".
Sospecho altas dosis de narcisismo respecto a Kundera, tan es así que se incluye como personaje. Mismo nombre, misma profesión.

Seguiré leyendo a Kundera, llegaré a una mediana imporalidad y me llenaré la cabeza de belleza.

La segunda novela es El libro de los amores ridículos pero lo dejo pa después

sábado, 6 de septiembre de 2008

gusto

a un hombre normal se le conquista por los ojos, a uno especial por el espíritu.


* la escuela me trae loca

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