Samuel Ramos. Parte I
La crisis del humanismo.
La crisis es producto de 5 problemas que enfrenta la humanidad:
*Dividir la existencia humana en un sistema dual excluyente; materia y espíritu.
*El afán desmedido del individuo por elevar los medios a la categoría de fines
*Llevar a cabo una sobreproducción de objetos innecesarios que han formado necesidades falsas y absurdas.
*Despojo de la libertad.
*Deshumanización de la cultura.
Vías para la solución:
Consciencia
Arte.
Propuesta:
Una reforma espiritual como condición indispensable para recuperar el equilibrio del ser.
Dividir la existencia humana en un sistema dual excluyente; materia y espíritu.
El problema ha comenzado porque el hombre se ha dividido entre materia y espíritu, cada quien ha elegido, lo uno o lo otro, como si en realidad se pudiera hacer y a partir de ahí a creado una civilización al servicio de su fin. (El hombre busca la comodidad y es por ello que se ha optado por la materia, la idea no es tan simple, lo sé)
El hombre elige lo uno o lo otro “sea cual sea la elección, uno de los aspectos de la vida resulte sacrificado, pero aun cuando el hombre esté convencidote que no es posible hacer otras cosa, ese sacrificio lo desgarra y su vida transcurre en medio de un íntimo malestar e inconformidad”.
Para mi el problema fueron las instituciones que se impusieron como intermediarios entre Dios y el hombre. Irrumpieron en la relación íntima que se tenía antes con la espiritualidad. Sumándole a eso las grandes luchas que se han dado en la historia de las religiones, el hombre creó una especie de agotamiento espiritual que lo llevó a relegar esa parte de sí mismo, concentrándose en su parte material.
Veo una fuerte contradicción entre el rumbo que ha tomado la humanidad y algo que ha permeado en la consciencia de todos; la dominación.
El hombre se tragó el cuento de que está en el mundo para reinar sobre las bestias, para dominar el mundo y hacerlo como le de la gana. Dios dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra (Génesis1:28). Cierto o no, el hombre reina y hace lo que le da la gana; aun renegando del mundo espiritual, en la antropogénesis judeo cristiana encuentro el motivo para dominar.
El afán desmedido del individuo por elevar los medios a la categoría de fines
Dentro del sistema que se ha creado para la vida material Nietzsche explica la civilización como un artificio para compensar su decadencia. “¿Qué es el hombre según su doctrina? Un desertor de la vida que se vale de sucedáneos para sustituir las auténticas funciones vitales. La ciencia, la técnica, las herramientas, las máquinas, son un largo rodeo que hace el hombre para obtener lo que necesita, ya que su debilidad biológica le impide hacerlo directamente como otros animales.”
Las máquinas han dejado de estar al servicio del hombre, ahora él está al servicio de ellas.
Vuelve mi paranoia. Recuerdo en El corazón del hombre de Erich Fromm, la parte de la Necrofilia, el amor a la muerte, a lo que no está vivo, a las máquinas, como uno de los principales males que aquejan al hombre.
“Hasta cierto punto la producción se denomina a voluntad, pero después adquiere ésta un impulso propio de crecimiento que arrastra al hombre, el cual resulta a la postre dominado en vez de dominador. Entregado por completo al mundo exterior, plena su consciencia de preocupaciones materiales que desplazan cualquier interés, la vida del alma se va extinguiendo hasta que el individuo se convierte en un autómata.”
Llevar a cabo una sobreproducción de objetos innecesarios que han formado necesidades falsas y absurdas.
La concentración de la fuerza del hombre en configurar su mundo material lo ha llevado a producir tantos objetos, y no conforme con crearlos, casi los ama, los ha convertido en su fetiche
La ciudad; este centro en el que nos hemos conglomerado que antaño prometía ser el lugar idea para que el hombre se desarrollara y que muchos vieron como el futuro materializado, solo es un gran mercado, donde todos podemos adquirir todo lo que no necesitamos; es una estructura que ha sido diseñada para darle prioridad a las máquinas, los espacios para los peatones son reducidos (alguien que sabe mucho dijo que el peatón es el momento en que un individuo se baja de un auto para entrar a otro) las fábricas, los centros comerciales, antros, la concentración de oficinas para todo, hacen de las ciudades algo raro (para mi) hasta las mismas casas a veces se me hacen absurdas, son solo cubos grandes donde la gente cohabita cada vez mas lejos entre sí, cada vez mas encerrados cada quien en su propio mundo, con televisores en cada habitación, y ahora claro una computadora realmente personal para cada integrante de la familia.
Computadoras, vibradores último modelo, celulares, ipods, licuadoras, etc. han creado la idea falsa de necesidad. Ahora es raro que una persona no tenga un teléfono móvil, qué le pasa, porqué no tiene uno, es que hay que saber dónde está la gente, qué hace, hay que hablarse (diría comunicarse, pero no siempre es así) a todas horas, si antes era un lujo, ahora es una necesidad. Se lo atribuyo a la soledad, pero es que el hombre al darse cuenta de que no le gusta como está, busca el medio para solucionarlo. Hay una obsesión por no estar solo.
Otra vez metiéndome con Erich Fromm, En el miedo a la libertad dentro de todo lo que dice, hay un ejemplo práctico y hasta chistoso que utilizó e intentaré desarrollar. La pasta desnitrifica. Hay estantes repletos de ellas, casi hay una para cada tipo de boca, rojas, verdes, azules, de sabores, para niños, grandes, para dientes sensibles, con enjuague bucal, y no se cuantas chunches más. Es tan necesario lavarse los dientes para no tener un mal aliento, pero cuándo se estableció que tener mal aliento era realmente malo, si es algo natural, el mercado vendió la idea de que lo era y la necesidad de ser aceptado (y validado) dentro de la sociedad la compró. Es el ejemplo más sencillo que se me viene ahora para observar eso de las necesidades absurdas y falsas.
“La civilización ha venido a complicar la vida en grado extremo hasta el punto de desorientar al hombre en medio de la multiplicidad de cosas que él ha inventado… altera el orden natural de las cosas en cuanto a su importancia”
“Toda esa multitud de cosas aumenta artificialmente las necesidades del hombre, le impone cada día una nueva obligación”
Esta civilización ha cambiado tanto al hombre que ahora quiere tener “pocos hijos para darles mucho”, recordemos que “una familia pequeña vive mejor”. Para crear un buen control de natalidad, los gobiernos le han apostado a esto, llegarle a la gente a través de esta propaganda chafa. Cierto es que en México ya habemos muchos y ya no hay que parir como conejo, pero eso debe de ser una elección personal. Los futuros padres desde que están planeando tener un hijo ya están pensando también, en los juguetes modernos para futuros niños genio que tendrán; trazan su futuro, trabajar más, más, más para que el niño, cuando crezca pueda tener a sus 15 años un carro, tenga su Nintendo Wi(que seguramente será obsoleto para ese entonces, porque otro juego que imite mejor la realidad lo habrá desplazado) una carrera exitosa siendo egresado del CETYS, se convierta en un hombre de bien con una gran casa en el fraccionamiento exclusivo de la ciudad, carros del año, vacaciones en Europa y le de también a sus hijos “lo mejor”. Se han olvidado que lo mejor es ensuciarse jugando en la tierra, caerse de la bicicleta, correr por las calles con las rodillas raspadas, entrar a las 8 y salir a las 12 de la primaria pública donde todos son iguales, tener tiempo para convivir en familia, preocuparse realmente por las necesidades afectivas de los miembros de ésta, seguir con la tradición del uniforme mas gastado, porque el mayor ya va a la secundaria, al que sigue ya no le queda y los jirones de pantalón azul son heredados al pilón de la casa.
Despojo de la libertad.
Es precisamente toda esta mierda que se ha creado la que despoja al hombre de su libertad, ha reducido la dignidad humana, ha hecho al hombre un esclavo al servicio de lo que seguramente en otra realidad sería absurdo.
Dice Ivanov : “Finalmente están las legiones de conocimientos terroríficos por su numero y rigidez; inundan la inteligencia instalándose en nombre de la verdad objetiva, sin aguardar el momento en que una necesidad real escoja de sus filas las que pueden ser útiles; aplastando bajo su peso, el espíritu languidece en sus ligaduras, impotente para asimilarlas verdaderamente o rechazarlas. Lo que me interesa no es liberarme de toda especulación, sino especular libremente o alcanzar la libertad y la frescura de una especulación directa”.
Ivanov busca la libertad porque no la tiene, el hombre moderno tampoco.
“El hombre se siente perdido en medio de esta selva artificial que el ha implantado.
El miedo a la soledad, trae como consecuencia una desesperación y el costo para asirse a cualquier cosa que la mitigue es perder la libertad.
Deshumanización de la cultura
Gerchenson dice: “la aguda sensación del peso intolerable de nuestra cultura, herencia que nos sigue, procede esencialmente de vivir la cultura no como un radiante tesoro de dones, sino como un sistema de sutiles imposiciones. No es extraño, la cultura tiene a convertirse en eso, un sistema de coacciones”
Vías para la solución.
Observo lo que Samuel Ramos propone como algo que me gustaría que suceda.
El hombre debe de crear un espacio en su consciencia para el análisis de lo que está sucediendo (aunque nunca han estado separados) y darse cuenta de que no está bien, de que el mundo como lo hemos construido esta cada vez mas loco y alejado de lo que sería el espacio ideal para desarrollarse integralmente como persona.
Creo que el arte ahora hace las veces de catalizador para la neurosis de la humanidad. Es el espacio en que el hombre puede perderse de sí mismo y olvidar todo lo que lo oprime. Es la forma hermosa de recuperar lo que ha perdido, su libertad, sus emociones, su belleza y reencontrarse con su alma. El arte es revelador y hace retumbar el espíritu.
Propuesta. Una reforma espiritual como condición indispensable para recuperar el equilibrio del ser.
Bergson también hace del hombre una dicotomía; el yo social y el yo profundo. Están interrelacionados porque convergen en el mismo individuo y uno es proyección del otro. El primero es el que somos hacia fuera, lo que ven los demás, el material. El yo profundo es el que es completamente libre, el íntimo, el “secretoso” el que solo podemos censurar por nuestras propias convicciones. Ramos dice que “muchos individuos ignoran esta región subterránea de su alma…”
Encontrar el equilibrio debería de ser la tarea más grande de nuestras vidas. No vivirnos por separado, sino ser conscientes de que hay una dualidad que converge dentro de nosotros.
Nota: Al final de la lectura encontré la pregunta ¿cómo debe ser el hombre? pero me parece que falta mucho para responderla, porque aun con todas las construcciones teóricas sobre qué es el hombre, como principal cuestionamiento de la antropología filosófica, personalmente, esto solo ha arrojado el concepto de un hombre fragmentado, no como unidad y con el paso del tiempo definir al hombre de hoy se hace más complejo porque pareciera que cada vez se aleja más de su centro.
“La civilización tal como está organizada parece un plan diabólico para dejar al hombre sin alma y convertirlo en un espectro de lo que fue en sus mejores tiempos”.
